Más de 40 años son los que lleva Carlos Cáceres vinculado a nuestra Corporación. Su llegada se produjo a comienzos de la década del 80, cuando CODAR existía como Asamblea de Vecinos, y Reñaca aún era un sector con calles de tierra y sin alcantarillado.

“En las casas existían pozos sépticos, lo cual era bastante insalubre y peligroso para las personas”, recuerda Carlos Cáceres, quien, para ese entonces, trabajaba para el Ministerio de Obras Públicas.

Un miembro de CODAR de la época lo contactó. En una idea visionaria se proyectó instalar un sistema de alcantarillado que conectara con el emisario que se estaba construyendo para evacuar las aguas servidas que provenían de los cerros. “Fue una mirada bastante futurista, ya que con el tiempo se produjo un desarrollo explosivo de Reñaca y se hizo necesario un sistema de alcantarillado que mejorara la calidad de vida de quienes acá habitaban”.

De esta manera, Carlos Cáceres se empodera de su rol. Comienza a trazar lo que serían los nuevos colectores de Reñaca y a inspeccionar en terreno que las conexiones se hicieran de manera correcta, una labor que realiza hasta hoy en CODAR.

“Esto significó un gran avance para los residentes de Reñaca. He podido ver todo el desarrollo que ha experimentado este balneario, primero con la construcción de casas, y luego con los edificios. Guardo muy lindos recuerdos de antaño y de lo agradecidos que estaban muchos vecinos de poder acceder a un sistema de alcantarillado”.

“Lo que me gusta es estar en terreno contribuyendo con la comunidad, y es así como me gustaría seguir mientras la salud me acompañe. Ha sido un camino de aprendizajes, los cuales agradezco. Ya son más 40 años de historia junto a la CODAR”.

Varias han sido las funciones que Carlos Cáceres ha ejercido en su compromiso de contribuir con la comunidad como, por ejemplo, en la década del 80, estuvo a cargo de controlar a las cuadrillas municipales del programa POJ. Como inspector municipal debió controlar la instalación de casa rodantes en el borde costero. Fue asignado Alcalde del Mar de la Armada, cargo en el cual debió, entre otras cosas, evitar la instalación de carpas en el borde costero, entre Reñaca y Playa Cochoa.

En este camino, sin duda, que hubo momentos difíciles, pero otros muy alegres. Son las crónicas que Carlos Cáceres ha logrado construir a lo largo de su historia prestando servicios para nuestra Corporación.