Como parte del trabajo desarrollado por nuestra Corporación en el Área Ambiental, se creó y se implementó la ruta que denominamos “A Pajarear”, actividad enfocada en el avistamiento de las aves que existen en Reñaca.

Durante el año participaron alrededor de 152 personas en las diferentes salidas, las que incluyeron recorridos por el Humedal de Reñaca, el borde costero y un par de salidas nocturnas.

“La ruta se gestó como una idea y se concretó en un proyecto que se llevó a cabo durante el 2023. El gran interés de participación de personas y familias, nos entregó la perspectiva de que el patrimonio natural es importante, más aún si se enmarca dentro de un contexto de actividades que generen conciencia ambiental, y a un precio accesible y justo”, comenta Roberto Contreras, guía y encargado de los recorridos.

Agrega que este tipo de instancias generan beneficios que son múltiples como la posibilidad de desarrollar actividad física, ayudan a la concentración y a la salud mental, es un espacio para la recreación, se genera conciencia de cuidado, fortalece lazos familiares y de amistad, se aprende de conservación y respeto, y finalmente, se crean nuevas prácticas y una ética diferente en torno a este tema.

“Es un recorrido en el cual se puede observar una gran cantidad de aves de la cuenca del estero de Reñaca y del borde costero, desde aves del bosque esclerófilo como raras; aves migratorias como el picaflor gigante y el fio fio; aves acuáticas como el pidén y las garzas; aves rapaces como el aguilucho y los chunchos; aves marinas como el zarapito, cormoranes, pilpilines y churretes, y otras más difíciles de avistar, pero que, sin embargo, se pueden escuchar. Viña del Mar es un lugar maravilloso para la observación”.

Este año se busca consolidar aún más este proyecto con nuevos equipos. Además de generar una mayor retroalimentación para que más personas se interesen en las rutas, con el fin de seguir reforzando la puesta en valor del patrimonio natural.

“También se espera una gran participación de estudiantes, adultos mayores y niños, que son los grupos prioritarios que necesitamos abarcar. Ello con el fin de generar conciencia ambiental, para que conozcan la biodiversidad que hay en su entorno y que aprendan cómo todo está interrelacionado para brindarnos una experiencia de conexión con la naturaleza. Todo lo anterior enfocado bajo la mirada de un trabajo colaborativo con el guía, que permita conocer motivaciones, intereses y las emociones de las personas que participan”, concluye Roberto Contreras.